Este martes se cumple un aniversario más de la muerte de Jenni Rivera, una de las voces más influyentes del regional mexicano. Su partida el 9 de diciembre de 2012 en un accidente aéreo dejó un vacío profundo entre fans, familiares y colegas del medio artístico.
A más de una década del hecho, continúan revelándose detalles significativos sobre sus últimos días, como el libro que la cantante estaba leyendo antes de morir.
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El lazo entre Jenni Rivera y Luz María, su alumna más destacada
Durante la producción de La Voz México, Jenni Rivera (quien fungía como coach) generó un fuerte vínculo con Luz María Ramírez, una de las participantes que rápidamente se ganó el cariño del público y la atención de la propia Jenni, al grado de considerarla “su sucesora”.
Ambas mujeres compartían historias de vida similares: eran madres solteras, habían enfrentado relaciones sentimentales difíciles y habían forjado su camino desde abajo. Esa conexión provocó que su relación trascendiera el programa.
El viaje previo a la tragedia y el libro que Jenni llevaba con ella
Una semana antes del accidente aéreo, Jenni realizó con su equipo, incluida Luz María, un viaje espiritual cuyo propósito era fortalecerlos emocionalmente de cara a la final del reality.
Fue durante ese encuentro íntimo cuando la cantante le mostró el libro que estaba impactando profundamente su vida en ese momento: “El librito de instrucciones de Dios para las madres”.
La obra, descrita como un compendio de sabiduría y guía espiritual para madres, se convirtió en algo especial para Jenni, tanto que decidió regalárselo a Luz María con una dedicatoria personalizada: “Para mi Galla”, el apodo con el que cariñosamente se refería a ella.
Un recuerdo imborrable
Luz María ha explicado en diversas ocasiones que ese libro es uno de los objetos más valiosos que conserva de Jenni Rivera, no solo por su significado espiritual, sino porque representa las últimas conversaciones que compartieron antes de la tragedia que conmocionó al mundo de la música.
A más de una década, Jenni Rivera sigue siendo, como ella misma cantaba, “Inolvidable”. Su legado continúa vivo no solo en su música, sino en los momentos íntimos y humanos que dejó atrás.