La genial actriz veracruzana, Salma Hayek, que incursionó en Hollywood y que se ha hecho un papel en la cinematografía a nivel mundial ha confesado que estuvo muy entusiasmada por volverse gimnasta.
Esto a la tierna edad de los 9 años cuando observó por primera ocasión a la multipremiada Nadia Comaneci; ella es una de las pocas que han obtenido una calificación perfecta en la disciplina de la gimnasia olímpica.
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¿Cómo conoció la gimnasia Salma Hayek?
Fue en su pueblo natal Coatzacoalcos Veracruz que vio lo que era la gimnasia, Salma Hayek no tenía idea alguna de este deporte.
Sin embargo; fue solo al ver lo que era la gimnasia olímpica que, nuestra querida Salma Hayek, quedó completamente encantada de realizar esas acrobacias y piruetas en el piso a manos libres o en los aparatos.
Con el apoyo de sus padres viajo a la Ciudad de México en compañía de su papá y, ahí, observaron que tenía talento natural para este deporte.
Y las personas consideraron reclutarla para que formara parte de la selección que habría de prepararse en un futuro para estas difíciles pruebas olímpicas.
Sin embargo, lo que tendría que hacer puso en un predicamento a su papá y al resto de su familia puesto que tendría que vivir separada de ellos.
Las rutinas que deben exigirse a un deportista para volverse de clase mundial deben ser muy controladas; por ejemplo, en sus hábitos de sueño, su alimentación e incluso el entretenimiento.
Pues debería permanecer en la Ciudad de México, alejada de sus queridas tierras veracruzanas; además, debía permanecer bajo estricta supervisión; así como entrenar alrededor de 6 horas diarias; pero, esto era algo que Salma Hayek estaba dispuesta a realizar para cumplir su sueño de ser gimnasta.
Pero, su padre no estuvo muy de acuerdo con ser alejado de su pequeña hija y rechazaron la oferta; algo que mantuvo a Salma Hayek bastante dolida con su padre por mucho tiempo.
No cabe duda que Salma Hayek, tomando en cuenta su gran tesón, habría llegado lejos en el deporte de la gimnasia; sin embargo, eso nos hubiera privado de la gran felicidad de verla en pantalla.