Un día como hoy, pero de 1982, marcó el inicio de una de las carreras más icónicas en la historia de la lucha libre mexicana. En la Arena Nuevo Laredo, El Hijo del Santo, heredero del legendario Santo, hizo su debut profesional.
Acompañado por su padrino Ringo Mendoza, se enfrentó a dos rivales de renombre: Sangre Chicana y Coloso Colossetti. Aquella noche quedó grabada no solo en la memoria del luchador, sino también en los anales del deporte.
El Hijo del Santo debutó en Nuevo Laredo
Este fue el primer paso de una trayectoria que, a lo largo de más de 40 años, consolidaría al Hijo del Santo como una leyenda por derecho propio.
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Con 61 años y tras más de cuatro décadas en los cuadriláteros, El Hijo del Santo ha sido protagonista de innumerables batallas, máscaras ganadas y cabelleras arrebatadas.
A lo largo de su carrera, ha enfrentado a los más grandes exponentes del deporte, dejando huella con victorias emblemáticas contra luchadores como Eddie Guerrero, Love Machine, Espanto Jr. y Negro Casas.
Su récord en luchas de apuestas es impresionante, con más de 60 victorias, lo que lo coloca como uno de los luchadores más exitosos en este tipo de combates.
El Hijo del Santo ha forjado su legado tanto en empresas como la Triple A y el CMLL. En cada una de ellas, su presencia en el ring no solo ha sido temida, sino también respetada.
A lo largo de su carrera, ha acumulado campeonatos y ha protagonizado algunos de los enfrentamientos más memorables en la historia de la lucha libre mexicana.
Hoy, 42 años después de aquel debut en Nuevo Laredo, El Hijo del Santo celebra su carrera, mirando hacia el futuro con una gira de despedida. Aunque su retiro está cerca, su legado ya es eterno.