"Pensé lo peor" Freddie Roach recuerda con angustia a Pacquiao desmayado en la lona y todavía se llena de escalofrío. Esos minutos que se le hicieron siglos cuando el Manny no respondía a ningún estímulo y permanecía con la cara aplastada en la lona.
Ese 8 de diciembre de 2012, con una derecha brutal, Juan Manuel Márquez noqueó a Manny Pacquiao en el sexto asalto en Las Vegas, un sábado por la noche, logrando una victoria definitiva después de tres peleas anteriores que terminaron muy cerradas.
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Freddie Roach recuerda con angustia a Pacquiao en la lona
La pelea llegó a su fin a los 2:59 del sexto asalto, luego de que Juan Manuel Márquez conectó un derechazo en la cara de de su oponente, dejándolo helado el sábado por la noche en el MGM Grand Garden Arena.
El oriental cayó boca abajo y permaneció inmóvil por un tiempo, desmayado, antes de que después de unos minutos que se antojaron eternos, finalmente pudiera sentarse. Fue un nocaut fulminante y Márquez se declaró ganador.
Como buen deportista Pacquiao estrechó la mano de Márquez después de volver a ponerse de pie.
Pero si hay alguien que ha sido testigo de decenas de tragedias en la lona es el veterano entrenador Freddie Roach, un profundo conocedor del boxeo.
Desde el momento en que Roach vio la potencia destructora del golpe y ver caer pesadamente a Pacquiao totalmente inconsciente, Freddy temió el peor de los escenarios.
Cuando salió noqueado éle staba tirado boca abajo en el ring, como dormido por mucho tiempo... demasiado tiempo para mí.
Ya en el vestuario el manager sabía qué hacer para intuir si el ex campeón estaba muy dañado. Con años de experiencia en el mundo pugilístico le hizo preguntas clave a Manny que solo él podría responder. Si fallaba en las respuestas sabría si el filipino tendría algún tipo de daño cerebral.
Afortunadamente, el campeón contestó todo de manera satisfactoria, lo que tranquilizó a un atemorizado Freddie Rouch.
El entrenador cuenta que antes de irse al hospital para una revisión más minuiciosa, Manny le dijo:
Freddie, antes de ir al hospital tengo que ir a lavarme la cara.
Freddie le preguntó a su amigo por qué y él le contestó que tenía la cara llena de sangre. Roach, extrañado, le preguntó cómo es que lo sabía, a lo que el boxeador le dijo que era porque podía sentirla.
De esta manera, Freddie Roach se sintió más tranquilo en ese momento, pero aún pasaron semanas que por su mente cruzaba la escena del golpazo de Márquez que puso a Pacquiao en la lona, y si pudo haber causado una lesión al filipino.
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