El Abierto Británico, o UK Open, otorga uno de los premios más importantes del golf, pero este año ha tenido un valor añadido, ya que se trataba de la 150.ª edición de su historia.
El torneo se celebró en el Old Course de St Andrews, que acogió el abierto por trigésima vez. Este campo de golf, uno de los más antiguos del mundo, fue el escenario del primer campeonato de 18 hoyos de la historia, en 1873, y el sitio en el que debutó Tiger Woods 122 años después.
St Andrews ha albergado algunos torneos clásicos, pero no es el único. Por todo el circuito de golf del Reino Unido hay campos que han sido testigos de algunos eventos espectaculares y este artículo analiza cinco de los mejores.
Muirfield, 2013
Después de 21 años compitiendo en los torneos Majors, Phil Mickelson nunca había logrado ganar el Abierto Británico.
Sin embargo, en julio de 2013, las cosas empezaron a cambiar. Mickelson se embarcó en lo que su caddie denominó “el mejor recorrido de su carrera”, con una ronda final de 66 y una remontada de cinco golpes.
Su victoria se vio favorecida por algunos fallos espectaculares de grandes nombres del circuito. Adam Scott cometió una serie de errores entre los hoyos 15 y 17, Lee Westwood falló un golpe tras otro, e incluso el gran Tiger Woods sufrió un par de fallos.
Al final, Mickelson, más conocido como “Lefty”, dejó atrás a sus competidores con su ronda final de five-under, cuatro golpes mejor que cualquiera de sus rivales, asegurando su lugar en el salón de la fama del golf.
The Royal Troon, 2016
En 2016 se vivió uno de los mejores desempates de la historia entre Henrik Stenson y Phil Mickelson, ya que el primero igualó la ronda récord de los Majors con una puntuación de 63 y estableció un récord del Abierto de 20 bajo par en todo el evento.
Muchos aficionados se alegraron de ver a Stenson recoger su primer Major, especialmente porque era el menos favorecido frente al famoso Mickelson. El intenso final resultó ser un increíble putt definitivo de Stenson, que hizo enloquecer al público cuando logró llegar al hoyo.
El torneo de Troon fue también la última vez que el premio fue de siete cifras. Como si no fuera bastante disponer prácticamente de un bote de lotería para repartir entre los jugadores, al año siguiente la cantidad se elevó a 10.25 millones de dólares, convirtiéndose en el primer pozo de ocho cifras en la historia del torneo.
Carnoustie, 1953
Si hablamos de años exitosos en el mundo del golf, pocos igualan al de Ben Hogan en 1953. El estadounidense sigue siendo el único jugador de la historia que consiguió los tres grandes eventos: el Masters, el Abierto de los EE. UU. y Abierto Británico en el mismo año. Todo ello tan solo cuatro años después de sufrir una grave lesión en un accidente automovilístico.
La etapa británica fue un logro asombroso en sí mismo. Tras mejorar en cada ronda, Hogan llegó al último día empatado en el liderato. Sus 68 golpes, cuatro bajo par, le aseguraron el trofeo, y lo más destacado fue un magnífico golpe desde el búnker número 5.
St Andrews, 1984
A principios de los ochenta, Tom Watson estaba en la mejor racha de su carrera. En el Abierto Británico del 84, había arrasado con cinco abiertos consecutivos, y si ganaba el trofeo en St Andrews alcanzaría un récord de seis.
Al llegar a la última ronda, Watson estaba empatado en el primer puesto y se enfrentaba al gran Seve Ballesteros. Cuando faltaban dos hoyos, Seve logró un espectacular swing de dos puntos que le permitió estampar su nombre en el famoso trofeo por segunda vez.
El español lo ganó por tercera vez cuatro años después, asegurando su propio lugar como leyenda del golf, mientras que Watson continuó su extraordinaria carrera hasta bien entrado el nuevo milenio, haciendo una famosa aparición en el Abierto Británico de 2009.
Turnberry, 1977
Conocido como “El duelo bajo el sol”, el épico enfrentamiento entre Watson y Jack Nicklaus se ha convertido en uno de los más fascinantes de la historia del golf.
Ambos se enfrentaron en las tres primeras rondas del primer Abierto en Turnberry y se alejaron del resto del grupo en su búsqueda del trofeo. En los últimos seis hoyos llevaban diez golpes de ventaja, por lo que el mundo entero sabía que todo se reducía a ellos dos.
Cuando llegaron al último hoyo, empezó a brillar su gran clase y nivel. Nicklaus embocó un putt de casi 10 metros para conseguir un birdie, pero Watson logró igualarlo y consiguió la famosa victoria por un golpe.
El tercer clasificado, Hubert Green, resumió el drama diciendo: “He ganado este torneo de golf. No sé a qué deporte estaban jugando los otros dos”.
Los aficionados también estuvieron de acuerdo en que el duelo fue algo fuera de este planeta.