Ya es característico que en los maratones que se llevan a cabo en las ciudades de la República Mexicana exista siempre la presencia de un grupo de atletas africanos que son conocidos como "los corredores kenianos" y es normal que siempre arrasen con las primeras posiciones.
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Pero ¿quiénes son estos deportistas y cómo le hacen para estar siempre a la caza de los principales eventos deportivos de carreras de resistencia?
Los corredores kenianos
En el reciente evento deportivo de Nuevo Laredo, el medio maratón Palos Garza, los atletas de origen africano se llevaron las primeras posiciones en la categoría de los 21 kilómetros.
Geoffrey Kenisi con el número 2026 se llevó de manera fácil el primer lugar con un sorprendente tiempo de una hora con cuatro minutos, seguido de otros dos de sus paisanos, Rodgers Ondati Gesabwa y Kany Ongy Musa Lemiukeu.
Mientras que en la categoría femenil, igual en 21 kilómetros, Risper Biyaki Gesabwa se coronó en el podium junto a un par de atletas hispanas.
La séptima edición del medio maratón en Nuevo Laredo, es clasificada como de nivel internacional por la participación de los corredores kenianos de élite de Monterrey y la familia Ramírez, los célebres rarámuris, originarios de Chihuahua.
Primeros lugares
En otro evento de trascendencia internacional, la edición 39 del Maratón de la Ciudad de México, otro keniano, Edwin Kiprop, se impuso con un tiempo de dos horas y 10 minutos y se llevó una bolsa de 550 mil pesos, mientras que el podium lo completaron dos de sus compatriotas, Kenneth Limo y Rhonzas Lokitam, quienes se llevaron 240 mil y el tercero 180 mil, respectivamente.
Por otra parte, en la séptima edición de Medio Maraton Palos Garza, la competencia fue catalogada como de nivel internacional, por la participación de los corredores kenianos de élite y la familia Ramírez, los célebres rarámuris, originarios de Chihuahua.
En el medio maratón de Nuevo Laredo, de manera extraoficial se sabe que el premio principal era de 50 mil pesos.
¿Dónde viven?
El grupo más grande de kenianos vive en Toluca, lugar de gran altura sobre el nivel del mar que les facilita sus entrenamientos. En esa ciudad habitan más de 100 atletas junto con su familia.
Los kenianos se apoyan entre ellos. Cada triunfo de cualquier corredor de su grupo es celebrada y compartida por todos, incluso en el tema económico, repartiendo los premios monetarios ganados.
Otros grupos más pequeños viven en las ciudades de Monterrey y Zacatecas y están siempre pendientes de monitorear las carreras que se organizan en el norte de México, sin importar el monto de las bolsas o las distancias. Viven para correr.
El secreto del éxito de los corredores kenianos no se debe solo a su genética envidiable, también su forma de entrenar de manera extenuante es clave. No se dedican a otros oficios, correr es su vida y su presencia siempre estará asegurada en la mayor parte de las carreras en México.