Con sonrisas que iluminaron el rostro, Juanito y Lupita, de 8 y 6 años, fueron parte del centenar de pequeños que vivieron una mañana inolvidable durante la tradicional “Posada de la Alegría”, organizada por Ángeles sin Frontera.
Desde temprano, el Centro Comunitario de la asociación, ubicado en la calle Dionisio Carreón 1116 de la colonia Alianza para la Producción, se llenó de algarabía. Juegos, dinámicas familiares y un ambiente festivo envolvieron a los participantes, mientras los juguetes esperaban como premio a la emoción y energía de los menores.
Entre dulces, pizza y jugos, los niños hallaron no sólo diversión, sino también un espacio de convivencia cálida junto a sus padres.
Elizabeth Guerrero Ramos, fundadora de Ángeles sin Frontera, destacó que esta posada que se celebra cada año, tiene como objetivo renovar el espíritu navideño y promover valores como la solidaridad y el altruismo.
“Celebramos con mucha alegría nuestra posada para los niños, con apoyo de la Universidad del Norte, quienes nos ayudaron con alimento, juguetes y despensas para las familias asistentes”, expresó.
El corazón del festejo fue, sin duda, la participación de payasitos que robaron carcajadas y encantaron tanto a chicos como a grandes, reafirmando que la alegría sigue siendo un puente poderoso entre la comunidad.
