Desde hace siglos, la miel de abeja ha sido más que un simple endulzante para nuestras bebidas y postres; también ha sido usada como remedio casero para heridas y problemas respiratorios. Su uso prolongado en la medicina tradicional demuestra lo útil que puede ser. Sin embargo, aunque este líquido dorado y pegajoso es una fuente rica en azúcares, hay que tener cuidado con no abusar de él.
Según El Poder del Consumidor
Según El Poder del Consumidor, la miel de abeja es un producto natural con una mezcla de azúcares, ácidos, minerales, aminoácidos y enzimas. Su color y composición varían dependiendo de la abeja, la región, el tipo de flor y hasta si tiene impurezas.
Una cucharada de miel de abeja, que son unos 21 gramos, te da alrededor de 64 calorías, lo que la convierte en una buena fuente de energía. Si tienes diabetes o estás tratando de mantener tu peso, comer demasiada miel puede causar problemas como aumento de peso, enfermedades del corazón y dificultades cognitivas.
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Pero, una pequeña cantidad de miel diaria puede ser bastante beneficiosa. Es rica en aminoácidos, vitaminas del complejo B, y vitaminas C, D y E. También contiene minerales esenciales como calcio, hierro, magnesio, zinc y potasio, que son clave para mantenernos saludables.
La miel de abeja, tiene flavonoides y compuestos fenólicos que actúan como antioxidantes naturales, protegiendo nuestras células del daño por radicales libres, lo que ayuda a reducir el estrés oxidativo y prevenir enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro. Además, tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas gracias a sus ácidos acético y cítrico, por lo que puede aliviar infecciones respiratorias, calmar dolores de garganta y reducir la fiebre. Algunos estudios han mostrado que la miel puede frenar bacterias como Escherichia coli y Salmonella.
La miel también se usa para tratar heridas, quemaduras y úlceras en la piel, ya que acelera la cicatrización y mantiene la piel hidratada y suave. Sus fructooligosacáridos, que son como fibra vegetal, ayudan a combatir el estreñimiento y promueven una buena salud intestinal. Además, puede estimular la producción de melanina, lo que podría mejorar tu calidad de sueño.
Por otro lado, Mayo Clinic menciona que consumir miel puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas, problemas gastrointestinales y de memoria, además de ofrecer beneficios antidepresivos, anticonvulsivos y ansiolíticos.
La miel tiene muchos beneficios para la salud, pero como con todo, la clave es no exagerar para evitar los problemas que pueden venir con su alto contenido de azúcares y calorías.