En algún momento de tu vida llegaste a escuchar que tronarte los dedos o nudillos era malo y que te causaría artritis con el paso del tiempo, pues un el curioso análisis de un hombre indica lo contrario.
Si bien distintos medios del ámbito de la salud tampoco encuentran relación directa entre padecimientos y el crujir de los nudillos, un hombre lo llevo al extremo.
El médico Donald Unger, tras pasar años escuchando a su madre advertirle de los supuestos riesgos de tronarse los dedos, se propuso descubrir si esto era verdad; la curiosidad lo llevó a tronarse únicamente los nudillos de su mano izquierda por 60 años aproximadamente, y se percató que estaba lejos de sufrir algún padecimiento derivado de esta acción como artritis.
Tras seis décadas de dedición señaló que actividades como abrir frascos o sostener cosas con fuerza eran posibles de realizar con ambas manos.
Estudios comparativos entre quienes truenan sus dedos y los que no, tampoco arrojaron datos contundentes para generar alguna hipótesis, por lo que inclusive se recomienda que, si dicha actividad trae alivio, no hay por qué dejar de hacerla.
En otro enfoque dice que las lesiones causadas en las articulaciones se debían a la fuerza desmedida al intentar crujir los dedos.
Distintos medios del ámbito de la salud tampoco encuentran relación directa entre padecimientos y el crujir de los nudillos
¿Qué es lo que truena?
El ruido que escuchas al hacer tronar tus dedos, se debe a la explosión sin provocar daños de una burbuja de líquido sinovial, que se encuentra situada en regiones donde dos o más huesos se unen.
Reconocimiento a Donald Unger
Donald Unger fue reconocido en 2009 con el Ig Nobel tras su largo y dedicado experimento.
Dicho reconocimiento es un premio parodia de los Premios Nobel originales.