Seguro te ha pasado que vas a tu tienda de preferencia y no tienen bien fría la cerveza que te gusta o, la dejaste en tu vehículo mientras hacías otros mandados y, al llegar a tu casa la bebida está caliente y, a menos que seas alemán, no les haces el feo, pero si no, tienes que esperar un buen rato para poder disfrutar de ellas o, ponerles hielo, aunque sabes bien que van a perder parte de su sabor.
Para este pequeño problema de “sed de la mala”, te vamos a presentar unos sencillos trucos para los que lo único que necesitarás son cosas que tienes en tu casa y no vas a tener ni que gastar de más ni tampoco esperar demasiado para empezar a disfrutar tu fin de semana.
Agua, sal y hielo
El primer truco consiste en mezclar sal y hielo. En un recipiente donde quepan las “birongas” que quieras enfriar, pon hielo, agua y una cucharada de sal por cada dos cervezas (si quieres echa más sal, es mejor que sobre). Revuelve el agua y mete las latas o botellas. Notarás que en dos minutos se enfriarán como si tuvieran más de media hora en el refrigerador.
Debido a que la sal necesita calor para disolverse, al estar en medio de agua helada, el único lugar de donde podrán tomar calor es de tus cervezas, por lo que las mismas perderán calor de forma más rápida.
Una toalla húmeda
Otra forma, menos conocida, se trata del siguiente: simplemente debes envolver la cerveza en una toalla mojada y ponerla frente a un abanico o ventilador. El líquido vital se va a evaporar y eliminará el calor de la cerveza. Puedes hacer esto las veces que veas necesario y, con la bebida más fresca, meterla al congelador, cuidando que no se te olvide (la sed te va a ayudar a que eso no pase).
Este método lo puedes mezclar con el anterior, o sea, meter las cervezas en el agua con hielo y sal y no hay pierde, en unos cuantos minutos podrás tomarte “bien muertas” tus cervezas.
Agua con gas
Una forma más científica de enfriar las cervezas es meterlas en agua mineral con hielos. ¿Por qué? Porque el agua con gas acelera la transferencia de calor (de tus cervezas hacia el agua helada). Puede ser que tengas que utilizar varios litros de agua mineral para meter varias cervezas, pero vale la pena si quieres impresionar a tus amigos.
El congelador
Finalmente, te damos un cuarto truco: el del congelador. Obviamente si pones cervezas en el congelador se van a enfriar rápido, pero te vamos a decir cómo acelerar este proceso. Simplemente tienes que envolver las cervezas en servilletas mojadas. Al estar húmedas, el agua de las toallitas se congelará y hará que las cervezas se enfríen mucho más rápido.
Ahora que ya te sabes estos sencillos y económicos métodos, no dudes en usar alguno (o mezclarlos) para multiplicar la velocidad de enfriamiento de tus cervezas y no tengas que esperar para tomarlas, dentro de un consumo responsable, sabiendo que si bebes, no debes manejar.