SABOR A LA PARRILLA

¿Carbón o leña? ¿Cuál es mejor para tu carne asada?

En gusto se rompen géneros y eso lo saben muy bien los amantes de la parrilla, sobre todo por los exigentes paladares con los que en ocasiones comparten la mesa

Escrito en CULTURA el

Como en todos los ámbitos de la vida cotidiana, el debate se hace presente. Que si tal o cual equipo, estándar o automático, Coca o Pepsi. Los temas son infinitos. En este caso nos ocuparemos de decirte la opinión de un experto sobre qué es mejor usar para cocinar una carne asada: carbón o leña.

Según J. M. Benayas, lo primero que hay que saber es que ambos tardan diferente tiempo en alcanzar su punto exacto para poder echar la carne al asador.

Un punto importante a resaltar es que hablamos de carbón vegetal, que se obtiene al carbonizar la madera a través de la pirolisis o pirólisis, un largo proceso en el que se descompone un material por medio del calor, con ausencia total de oxígeno. Además, este es el único carbón apto para cocinar, pues hay otros que son tóxicos.

Entrando en materia

Aclarando y amanece, una vez que sabemos lo anterior, una diferencia básica al usar leña es el tiempo que debemos esperar para que esté convertida en brasas aptas para asar la carne que queramos consumir, lo cual puede ser un lapso de entre 30 y 45 minutos, dependiendo de qué tan dura es la madura, su factor de humedad y el grosor de los troncos utilizados.

Madera como la del encino puede durar horas a una temperatura ideal para cocinar; otras, como la del pino, encenderán mucho más rápido, pero como todo lo que fácil viene, fácil se va, su calor durará mucho menos. Para esto no hay problema si sólo comerán entre dos y cuatro personas, pero si son más, no es recomendable.

Leña de encino

En cambio, al usar carbón, valga la redundancia, al hallarse ya carbonizado, enciende de forma mucho más veloz, dependiendo del sistema que utilices, desde los más modernos, que pueden llevar 10 minutos, hasta el tradicional, unos 25.

¿Y el sabor?

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, sabes bien que si tú eres el cocinero en cuestión, nadie más se va a preocupar por el encendido, pues es algo “detrás de cámaras”, por decirlo así, nadie lo ve ni le importa, pues la mayoría de tus invitados o compañeros de comida llegan cuando ya está la carne en el asador y, tras convivir y “combeber”, lo único en sus mentes es comer y la sazón que le hayas logrado imprimir a esos cortes sobre la parrilla.

Algo que todos sabemos es que la madera (cual sea que utilices), emana cierto olor que se le impregnará a la carne, lo cual puede ser de un mayor agrado para quienes la consuman, pero en gustos se rompen géneros y hay quienes prefieren que el corte tenga un ligero sabor a humo, mientras no sea excesivo, lo cual consigues con el carbón.

Esto último dependerá no sólo del carbón, sino del tipo de parrilla y la mano del parrillero, así que lo que te recomendamos por encima de todo es la práctica constante, lo cual te hará un maestro de la parrilla.

Otro consejo es que hagas mezclas entre carbón y diversos tipos de leña, lo cual le dará un sabor original y único a tus asados que dejará a tus comensales con un buen sabor de boca y posiblemente hasta te pidan la receta, y ya dependerá de ti si compartes el truco o no.

Aunque puede ser también que no les convenza tu sazón, pero no pierdas la confianza en ti, pues cada cabeza es un mundo y cada paladar también y nunca se le va a dar gusto a todos. Lo importante es seguir buscando el punto exacto que te convenza a ti.