Antes del viernes 13 de octubre de 1972 era un equipo de rugby uruguayo, el equipo de Old Christians Club de Montevideo; después de esa fecha serían individuos luchando por sobrevivir.
Aquella fatídica noche de viernes 13 de octubre el avión cayó sobre la cordillera de Los Andes entre los países de Argentina y Chile; jugarían un partido contra los Old Boys de Santiago de Chile.
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Instantáneamente tras el choque fueron 12 personas que murieron instantáneamente y con el paso de los días otras 17 personas murieron por causas variadas como las heridas sufridas, la falta de alimentación o las condiciones extremas del lugar.
Las temperaturas en Los Andes llegaban a descender por las noches hasta los menos 30 grados centígrados y con viento de frente hasta los menos 40 grados.
Las cordilleras estaban llenas de nieve por las bajas temperaturas y por la humedad en el ambiente producto de las condiciones consecuentes por el fenómeno conocido por "La niña".
Estas condiciones terminarían siendo críticas para la búsqueda de los sobrevivientes y para la manutención de los restantes integrantes del equipo de Rugby uruguayo.
El accidente se conoce popularmente como "el milagro de Los Andes" ya que es precisamente esto como se ha visto este logro de sobrevivir bajo condiciones inhóspitas durante 72 días. Más de dos meses en territorio hostil y con nada de alimentos.
Al décimo día ya no había que comer
Después del día diez los alimentos ya no existían, algunos sobrevivientes trataron de comer sus zapatos, la ropa, las agujetas y entre otros materiales, pero estaban llenos de químicos y sentían que se intoxicaban.
Después de otros diez días sin comer nada, algunos se preguntaron si podían comerse los cadáveres de sus compañeros y amigos. Algunos se horrorizaron de las propuestas pero otros las secundaron. Al final decidieron comérselos.
Cómo era el proceso de comerse a los cadáveres
Un integrante, Roberto Canessa, fue el encargado de cortar las tiras de carne humana pero estaban congeladas, así que debía ponerlas en el fuselaje del avión durante horas para intentar que algunos rayos de sol la ablandaran.
A Roberto Canessa por esta acción sele empezó a apodar "el doctor Canessa", él ya estudiaba medicina en aquellos años y hoy en día es un cardiólogo infantil.
"El doctor Canessa" ha expresado: "siento que tengo una parte de mis amigos dentro de mí y tengo que ser agradecido con su memoria".
Carlitos Páez, otro sobreviviente es el que más se ha dedicado a dar conferencias y escribir libros sobre lo ocurrido y ha llegado a decir que lo único que lamenta es no haberse comido a sus compañeros días antes.
72 días después fueron rescatados porque ellos mismos lograron acercarse a una población cercana y llamaron a voces para que otras personas pudieran dar aviso a las autoridades.