EFEMÉRIDES

¿Vivir en una casa cueva? Juan O'Gorman, el arquitecto mexicano más influyente, lo hizo posible

El hogar del artista ha sido durante mucho tiempo un tema de fascinación y creación de mitos en México

Ahí vivió Juan O'Gorman
La casa cueva.Ahí vivió Juan O'GormanCréditos: Internet
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“La obra arquitectónica más importante de mi vida”: así recordó Juan O'Gorman, el legendario arquitecto de los estudios de Frida Kahlo y Diego Rivera y de la Biblioteca Central envuelta en murales de México, la casa que construyó en 1954 sobre una cueva de lava natural en el México Barrio de la ciudad de El Pedregal.

El único modelo a escala existente de la mística "casa cueva" de O'Gorman se encuentra en el Museo Noguchi de Nueva York. La maqueta de la casa de O’Gorman es significativa porque la Casa Cueva ya no existe. Su destrucción se realizó hace más de cinco décadas.

La casa cueva de Juan O'Gorman

Antes de convertirse en pintor, el arquitecto tiene entre sus obras los siguientes edificios:

  • La casa de Frida y Diego Rivera,.
  • El Instituto Politénico Nacional
  • La arquitectura por la educación (tres docenas de primaria de diseño conceptual)
  • La Biblioteca Central de la UNAM
  • La casa cueva
  • El Anahuacalli

Con sus mosaicos al estilo de Gaudí y jardines desbordantes, la Casa Cueva ha sido durante mucho tiempo un tema de fascinación y creación de mitos en México.

La casa fue adquirida y transformada en 1969 por Helen Escobedo, artista y directora durante mucho tiempo del Departamento de Bellas Artes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los intentos de preservar la memoria de la casa cueva de O'Gorman también han desenterrado la polémica en torno a su desaparición.

En 1969, O'Gorman vendió la propiedad a Escobedo sobre la base, bajo la promesa verbal de preservarla. Ella procedió a demoler partes de la casa y transformar otras hasta dejarla prácticamente irreconocible.

No le cumplieron

A lo largo de su vida, Escobedo, fallecida en 2010, insistió en que siempre había sido transparente sobre sus intenciones; que nunca se comprometió a preservar la casa.

Según la funcionaria, la cueva era "inhabitable, particularmente en tiempos de lluvia". O'Gorman, por su parte, estaba ansioso por vender: a medida que la salud de su hija empeoró, él y su esposa buscaron condiciones más secas que las que podría proporcionar una casa hecha de piedra.

Aún así, O'Gorman sostuvo que Escobedo incumplió una promesa, una acusación aún más condenatoria por lo que simbolizaba la casa.

Para el artista, cuyos edificios habían respetado durante mucho tiempo la filosofía utilitaria, modular y despojada del funcionalismo, casa cueva, su último proyecto arquitectónico, que diseñó sin planos siguiendo las curvas naturales de la cueva de lava, marcó su paso definitivo a la arquitectura orgánica.

Con sus mosaicos de piedra de colores con motivos indígenas incrustados en los flujos basálticos dejados por la erupción del volcán Xitle hace más de 1600 años.

El 18 de enero de 1982, Juan O'Gorman decidió quitarse la vida, a los 78 años. El artista pasó de la arquitectura a la pintura y dejó un legado que lo consagró como uno de los grandes muralistas mexicanos, y de paso su funcionalismo arquitectónico dejó impresionados a grandes personajes de la arquitectura a nivel mundial.