Las fiestas navideñas están por iniciar y muchas familias ya iniciaron con las tareas de decoración y muchas otras ya pusieron su árbol de Navidad, sin embargo, muchos ignoran el origen pagano de este símbolo, que fue adoptado por la creencia católica.
Cuenta la historia que los inicios de esta decoración data del siglo I d.C., cuando un evangelizador cristiano llamado San Bonifacio, viajó con un grupo de personas a Baja Sanjonia, al norte de Europa.
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Según los historiadores, en esta región existía una comunidad pagana que realizaba ofrendas y sacrificios a Thor: las personas se ponían alrededor de un roble, considerado un árbol sagrado y llamado "Roble del Trueno".
La historia del árbol de Navidad
San Bonifacio, evangelizador de Alemania, modificó las costumbres del pueblo y en vez de utilizar un roble, cortó y puso un abeto en su lugar, simbolizando el amor a Dios.
Tras la conversión al cristianismo, los habitantes pasaron de celebrar sus creencias paganas, a festejar el nacimiento de Cristo con el símbolo del árbol navideño.
En vez de realizar sacrificios a su alrededor, decidieron decorarlo con velas y manzanas, estas últimas simbolizando el pecado original, mientras que las velas representaban la luz de Cristo.
Con el paso del tiempo, estas manzanas y velas han pasado a transformarse en luces y esferas navideñas, entre otros adornos, mientras que los sacrificios y ofrendas se cambiaron por regalos debajo del árbol.
Otra historia apunta a que el primer árbol de Navidad, similar a como se le conoce actualmente, fue decorado en 1605 en Alemania, sin embargo, un grupo de personas decidió quemarlo para dar calor a las personas desprotegidas, dando origen a la tradición de iluminar los árboles. Otras versiones apuntan a que esto sucedió en Letonia o Estonia.