Algunos usos, costumbres y tradiciones son considerados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como un bien mundial que deben ser resguardas por las mismas leyes para evitar su extinción. Ahora, la baguette francesa y el ron cubano ya son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, gozando de las mismas protecciones.
La mención de estos dos productos en la lista, anunciada por el organismo durante una reunión en Rabat, supone un fuerte respaldo legal para los artesanos dedicados a producirlos, además de un llamado a los mismos gobiernos relacionados para preservar estos ancestrales productos.
Baguette francesa
De corteza crujiente y miga esponjosa, la "baguette" es un producto relativamente reciente, el cual apareció a principios del siglo XX en París.
Cada año se venden unas 6 mil millones de "baguettes", indicando a 12 millones de consumidores que la piden en las panaderías cada día.
Más que el producto en si, la UNESCO premia el "savoir-faire", la manera particular de elaborar, amasar y hornear esta barra de pan.
Lamentablemente la industrialización ha acabado sistemáticamente la manera artesanal de producir esta suculenta pieza de pan, volviendo este producto en un mero artículo de consumo rápido.
De acuerdo con la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, esta inscripción "celebra también toda una cultura: un ritual diario, un elemento que estructura las comidas, un sinónimo de intercambio y de convivencia".
Es un reconocimiento para la comunidad de los panaderos y pasteleros.
Ron cubano
Este es otro de los productos más llamativos y con harta herencia cultura en la isla caribeña. Durante más de 155 años, ocho generaciones de maestros han conservado el conocimiento para realizar un licor de un 40% del la miel de caña o melaza, añejado en barricas de madera antes de su consumo.
Es en este conocimiento que la propia UNESCO consideró preservar con la actual generación de tres primeros maestros, siete maestros y tres aspirantes.
El maestro Asbel Morales, de 54 años, anunció a través de una entrevista telefónica con la AFP, sentirse sumamente orgulloso de la noticia.
Para nosotros más que un orgullo es el verdadero reconocimiento de la tradición ronera cubana.