LAREDO, Texas.- Casa Deutz se complació en recibir a varios integrantes de la comunidad cultural; el poeta Jorge Santana organizó una cena a ciegas, la cual tuvo una atmósfera de misterio y completo hermetismo en el menú a degustar.
En uno de los salones de la antigua mansión se sirvió la cena. Puntual a la cita llegaron las artistas plásticas Magda Peña, Gloria Becerra, Aída Guerra de Heiras, la actriz Raquel Álvarez, quienes a la espera del resto de los invitados saborearon una copa de vino en la terraza de los Santana.
Te podría interesar
Posterior llegó el presidente del Grupo Los Siete, Felipe Flores Montemayor, la pintora Mary Martínez, Alfredo Arcos, Enrique e Isabel Ramos, la profesora de TAMIU y editorialista doctora Irma Cantú, la poetisa Zorina Medrano y el cantante Daniel Brynd.
Jorge Santana, quien fungió como organizador y anfitrión, recibió con calidez a sus invitados, pues a ritmo de jazz como música de fondo, dio instrucciones para iniciar con la cena a ciegas que constó de cinco tiempos; primeramente los invitados reconocieron el espacio durante la mesa para a la hora de estar vendados poder maniobrar, fue así que se inició con un casi ritual, pues los invitados tomados de la mano escucharon atentos las palabras del anfitrión, quien agradeció primeramente el llamado de la invitación y los conminó a vivir una experiencia al paladar con una perspectiva distinta.
A la luz de los quinqués, los invitados iniciaron con el primer tiempo, se podía escuchar a Aída Guerra diciendo: “Es algo fresco, es ensalada con algo, lleva una aderezo liquido”, mientras que Raquel Álvarez exclamaba: “¡Está deliciosa!”.
El primer platillo fue de gran agrado a los comensales, quienes no pudieron acertar qué eran los ingredientes, aparte de las lechugas que contenía la ensalada; era una ensalada de lechugas mixtas, granola, frutos secos, cacahuate y aderezo de tamarindo.
En el segundo tiempo, ya se sentía el ambiente de fiesta pues el vino era bien recibido, fue el turno de comer una crema de frijol negro, chicharrón y crema, ya para entonces el sentido del olfato predominaba al oler el delicioso platillo.
En el tercer tiempo, los invitados se pusieron nerviosos al no saber qué era aquello que podían comer con cubiertos o con las manos; era una sopa de maíz, con pollo y res pibil con una ensalada de pepino y habanero.
“Definitivamente comer con los ojos vendados nos despierta más el hambre y sabe mejor”, dijo Felipe Flores Montemayor.
Llegó el momento del plato fuerte en el cuarto tiempo, los tenedores se empezaron a escuchar y alguien dijo: “esto es mole, o está encacahuatado o almendrado, no, es pipián con algo”.
Dijo Mary Martínez: “nos vamos a manchar, es mole”.
“Necesitamos una tortilla de maíz para esto”, expresaron otras invitadas.
Efectivamente era pechuga de pollo bañada en mole con betabel. Para cerrar con broche de oro, fue el quinto tiempo el más dulce y esperado, un postre que encantó a todos, algo muy fácil de reconocer: una crepa en salsa de ate de guayaba y guayaba natural.
NOCHE POÉTICA
La cena transcurrió llena de emociones, los invitados con sus mejores galas resaltaban la belleza de la mansión Deutz, y fue así como se dio paso a un momento lleno de belleza y sensibilidad, algo que fue como remanso de paz a los sentidos que momentos antes habían estado en alerta, pues se dio el paso a evocar la poesía de los grandes, Sor Juana, Ramón Pérez Velarde, Guadalupe “Pita” Amor y Zorina Medrano, quien compartió una bella poesía dedicada a su amada madre; Jorge Santana con excelente dicción recitó parte de las Décimas a Dios, de Pita Amor y Alfredo Arcos recordó también algunas de sus poesías favoritas, Irma Cantú se conmovió al compartir la fabulosa poesía “El Columpio”.