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Martha Loyo: una institución en el teatro | FOTOS

Presentamos la historia de la maestra Martha Loyo quien ha forjado su carrera a base de esfuerzo y mucha dedicación al arte

Martha Loyo es de profesión maestra y por pasión artista de la danza y la actuación.
Martha Loyo es de profesión maestra y por pasión artista de la danza y la actuación.Créditos: Idalia Álvarez
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Una vida sobre los escenarios y tras bambalinas, ha plagado de éxitos y experiencias gratificantes el camino de la maestra Martha Isabel Loyo Treviño, una institución en la educación y el teatro.

Su nombre ha pasado de generación en generación, así como sus enseñanzas y aportes, en la vida académica de sus alumnos, y de aquellos quienes han tenido la oportunidad de trabajar a su lado por el arte y cultura de Nuevo Laredo, sobre el escenario y fuera de ellos, en la parte técnica y producción.

De profesión maestra y por pasión artista de la danza y la actuación. Su talento desbordante salió a la vista desde sus primeros años de vida. Como muchos sus inicios fueron en los eventos escolares, en donde fue evidente sus habilidades para las artes escénicas; las cuales desarrolló con el paso del tiempo y la llevó a estudiar en Bellas Artes.

“Nací un 1° de enero en una mañana heladísima, dicen que en esa ocasión heló, cayó un hielo negro y desde entonces considero que mi vida ya estaba hecha, ya tenía un camino. A los 4 años comencé a sentir ese gusanito del arte; me gustaba mucho cantar, bailar, lo hacía como una comunión de sentir ese llamado del que avece uno nace con él”, compartió Loyo Treviño.

Su talento le abrió puertas a oportunidades para incluso pertenecer al Ballet de Amalia Hernández e irse a Checoslovaquia.

“A mí siempre me descubrían, me empujaban a dar más, recuerdo que estaba estudiando en Bellas Artes, me hablaron para realizar un casting con Amalia Hernández; fuimos dos, una chica de Colima y yo, las dos estudiábamos en Bellas Artes, me hicieron bailar una jarabe mixteco y me dicen ‘te quedas’”.

“Para ese tiempo yo ya estaba trabajando de maestra, tenía mi plaza y me dijeron ‘no te preocupes, te la cambiamos para acá’. Pero regresas, ves a tu madre sola, tu casa y entiendes que eres de ahí. Pero no me arrepiento porque me gusta mucho lo que hice aquí”, comentó.

“Mi inicio como actriz también fue de una forma accidental podría decirse, estaba en la Secundaria y había una obra que se llamada ‘Debiera haber obispas’ de Rafael Solana, con la maestra Emilia Zárate de Rodarte. Ella pertenecía a un grupo de teatro y me invitó”.

“Con esa obra fuimos a la ciudad de México a presentarla, nos dio mucha satisfacción porque dentro del público estaba Rafael Solana el autor, que nos felicitó mucho. Ese fue mi primer pinino como actriz”, agregó la entrevistada. Unos de sus grandes amores durante su vida ha sido la danza, también tuvo gusto por la gimnasia, pero el destino la llevo al teatro.

“Bailé en Secundaria, en la Normal, también estuve en un grupo de danza del IMJUVE que anduvo bailando por toda la República Mexicana, y creo que para mí en las artes era lo que más me gustaba, la danza. Me consiguieron una beca para ir a Bellas Artes a los 12 años, estaba muy chica y en mi casa no me dejaron.

Después me dan una beca para ir a Checoslovaquia, porque me gustaba mucho la gimnasia, pero en ese tiempo estaban las cosas muy tremendas por allá; entonces tampoco me fui, pero no me arrepiento”, indicó.

“Luego entré a lo que me gusta, el teatro; ya ahí tuve la oportunidad de ser dirigida por Luis Martín Garza, director de Monterrey muy afamado que acaba de ser homenajeado por sus años en el teatro. Hice las obras ‘Novenario’, ‘Fotografía en la playa’, me ha dirigido Toño Saravia, Azucena Rojas y también hicimos ese gran evento por los 150 años de Nuevo Laredo”, añadió.

Como maestra es recordada por sus 29 años de servicio en la Secundaria número 2, en donde su última etapa magisterial la terminó como subdirectora. De ahí siguió su carrera en la dirección de teatros, teniendo a su cargo los escenarios más importantes localmente como el Teatro Principal del Centro Cultural, Teatro Lucio Blanco y el Teatro Adolfo López Mateos.

Cosechó una fructífera historia laboral y reconocimiento en la escena cultural. Hoy se encuentra disfrutando sus proyectos personales, después de una vida entregada a su profesión y pasión por el arte.