SELVA URBANA

México, tú no tienes remedio

Escrito en OPINIÓN el

‘Inga’o, mi México, la volviste a hacer, puras cachetadas con guante blanco las tuyas, ahora en los megaincendios asesinos de California ya mandaste a la racita morena a partirse la madre por los ajenos, darlo todo por su prójimo, dejar la zalea por los güeros. ¡Vientos huracanados de mi raza de bronce, de bronce pero que vale oro o platino! ¡Muy bien, doña Claudia, Señora Presidenta! Pura gente azteca ya está allá dándole duro y macizo a la talacha, sin poses y con unos aguacates como los de Uruapan.

Claudia Sheinbaum Pardo envió casi un centenar de Las Meras Perinolas Enmascaradas de la Defensa, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) y de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Gente que no se anda con jaladas, ni viste elegantes e inmaculados uniformes como los guardabosques canadienses que brillan por su ausencia en Eaton, Pacific Palisades, en Malibú, en Santa Mónica y en Santa Clarita, California, que ya llevan 150 kilómetros arrasados por el fuego, más de 11 muertes y de 120 mil construcciones reducidas a cenizas, entre casas, negocios, escuelas, iglesias, tiendas ¡De todo!

Hoy como nacionales aztecas, se nos vuelve a encuerar el chino de ver a los nuestros ¡y muy nuestros! llegar a Califa a partirse la mother por otros, aunque también hay racita de por acá, perjudicada por las gachas lenguas del ígneo elemento, mexicanos que obligados por gobiernos rateros nuestros, se tuvieron que ir hasta para El Gabacho.

Y decimos que se nos volvió a enchinar la piel y todos nuestros remolinos, porque el jueves 8 de septiembre del año 2005, como mexicanos y como reporteros, vimos en el Laredo pocho como cruzaban más de 200 soldados totonacas con más de 45 vehículos 14 camiones, un hospital portátil, cocinas comunitarias, enfermeras y médicos, cocineros, rescatistas, topos y de tocho morocho.

Fueron a Nueva Orleáns, Louisiana, a echarles una baisa a los morenitos afroamericanos de aquella jazzera región, entidad que vivió muertes e inundaciones, harto desgraciada por el huracán Katrina.

Hace casi dos décadas los vimos cruzar por Laredo y desfilar por la carretera para viajar hasta allá, Chi Mai, que muchas basuritas nos entraron a nuestros ojitos pizpiretos, no nos las podíamos quitar por más que se nos anegaban nuestros oclayos.

A la vez que con las dos manos intentábamos bajarnos los higos que de puro orgullo de ver a nuestros verdes olivos bien firmes desfilar en tierra gringa, hacia la zona de la tragedia. Las nueces garapiñadas las traíamos trepadas en la garganta, a la vez que los saludábamos y despedíamos con vítores, loas, aplausos y marciales ademanes. Un inche “daime” no nos cabía por el “you know”, parecía como que nos inflaron 38 libras de aire, en cada nailon (y eso que ni tenemos).

Por mar también iban los nuestros, al menos un barco, el más grande nuestro, lleno de todo; y por cielo, el aire de la USA se vio cubierto por seis avionzotes mexicas que hasta las manitas iban cargados de comida, medicinas, personal y demás.

No, México, tú no sabes ser sencillo, ni mucho menos voltear la cara pa’ otro lado, como haciendo que la Virgen (la de Guadalupe, of course) te habla. Lo tuyo es partirte la madre por los otros.

México, sí que la volviste a hacer, este sábado 11 de enero del 2025, nos hiciste chillar de nuevo, como Magdalenas, chorros de emoción, de orgullo, ahora lo vimos por la tele, arribando a una de las zonas más ricas de Estados Unidos, unas tierras que no nos son ajenas a este país del sur.

PRESIDENTA SE LA SACÓ

Esperamos que como vimos al presidente George Bush junior en Nueva Orleans, tomarse selfis y videos con los soldados mexicanos en el 2005, así veamos ahora, cuando menos al gobernador de California, Gavin Newsom, hacer los propio, con nuestros compatriotas.

De este noble gesto, Claudia Sheinbaum saldrá bien refaccionada, su imagen se irá más arribototota en otros países, en todo el globo terráqueo.

Y México ante el mundo, simplemente quedará como lo que es, un Gran Chingón, no menos que eso.

Gracias, señora presidenta, por esa gran lección, una de humanismo, de diplomacia, de fraternidad, de calidez, de calidad, de buen vecino, de mejor hermano.

Gracias por ser usted una verdadera Mandataria Sin Fronteras.

Queremos ver la reacción mundial ante esto, pero más la de los bolillos del lugar, de los güeritos de ojos color cielo y mar.

En Nueva Orleáns, hace casi 20 años, los afroamericanos nos despidieron ondeando banderas mexicanas, a ver ahora con qué nos sorprenden los blanquitos del dorado Pacífico.

México, eres grande, nadie te apaña.

Feliz domingo para todos.