El domingo vamos a tener la primera visita de Claudia Sheinbaum a Nuevo Laredo y a Tamaulipas ya en calidad de Presidenta, quien por cierto también es la primera mujer en ocupar el cargo en la historia de México, así que es de carácter histórico.
Más allá de su agenda para ese día, el movimiento que hoy encabeza representa mucho para la ciudad, y de ahí la importancia de la visita, pues significa que nuestra ciudad se mantendría en la agenda nacional, con menciones en las conferencias matutinas, visitas regulares y por supuesto proyectos estatales.
Aunque se heredaron algunos proyectos del sexenio anterior, como la conclusión de la nueva sede de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) que ya está en curso, el segundo puente ferroviario, que de hecho ya se concluyó, pero se estaría inaugurando en un mes más, además que está también la ampliación de carriles del Puente del Comercio Mundial, aunque por la naturaleza burocrática de una obra binacional, tomará un poco más, pero está avanzando con apoyo de la actual administración federal.
Por muchas administraciones Nuevo Laredo no figuraba para nada en la federación en proyectos, menciones, visitas, nada, a Peña Nieto ni lo vimos, a Calderón tal vez en un ocasión y a Fox sólo en cabalgatas que cruzaban varios estados, pero aún así, era poco o nada el amor por esta frontera.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), vimos al arquitecto de la 4T como candidato y luego como Presidente, en la última ocasión convivió incluso con la gente de una manera que se sintió como una despedida y, así fue.
Aquella ocasión que vino a supervisar los avances de la ANAM, al salir, bajó de la camioneta e inmediatamente se vio rodeado de decenas de personas que habían acudido a las puertas del cuartel ubicado en el bulevar Colosio, se tomó “selfies” con cada persona que se lo pedía, daba autógrafos en pelotas de béisbol, “Amlitos”, libros y cuanto recuerdo alusivo ponían en sus manos, era una última oportunidad de interactuar así de cerca antes de su retiro, se dejó apapachar por los neolaredenses que esperaron horas para aclamarlo y, todos salieron contentos, incluido AMLO.