El trabajar quizás sea una actividad que guste a pocos y que espante a muchos, pero en estas épocas modernas algo sí que queda claro, que a las nuevas generaciones les ha dado por subsanar de otra forma más práctica su economía, pero sin darse cuenta que son el juego y los préstamos el falso “Mesías” en línea.
Y no precisamente relacionado a cosas religiosas o de la fe, sino más bien a que los jóvenes se han dejado llevar por esas cuestiones tan rápidas para obtener dinero, pero tan comprometedoras y cubiertas de marañas que unas de no cumplirse estarían dándoles un dolor de cabeza al crecer la deuda, y las otras llevándolos a seguir apostando más hasta perderlo todo.
No se puede negar que el tener a la mano ese teléfono móvil facilita y de muchas maneras el acceder a variadas aplicaciones, a ser blanco de infinidad de publicidad que de una forma ligera y alentadora impacta al receptor, por lo mismo logrando el penetrar como ese “salvador” de los problemas que en común afectan y mayormente al mexicano, como es esa falta de liquidez para cubrir sus necesidades o responsabilidades adquiridas.
Y no se equivocan quienes tienen la tarea de crear ese tipo de publicidad en línea, ya que sabido es, que la mayoría de los mexicanos sufren por completar el gasto diario, que constantemente y por lo mismo es su deseo el tener o adquirir algo, sintiéndose atraídos por esos tan tentadores prestamos o premios.
Pero bueno sería saber porqué el mexicano está participando más y más de este tipo de actividades en línea, ¿acaso por esa constante publicidad a través del internet y la televisión principalmente? o ¿acaso porque los jóvenes, y al no tener suficiente cultura sobre el tema, estén siendo atrapados con demasiada facilidad?
O quizás a recientes reformas, adiciones y derogaciones que de cierta forma regulan lo dispuesto en la Ley Federal de Juegos y Sorteos a través del Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos que de cierto modo contradice o sobre pasa lo estipulado en la propia Ley para estos asuntos.
Pero que dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) al menos y con respecto a esta actividad del juego, en verdad que es preocupante su definición pues a esta práctica la están catalogando como una enfermedad, al ser la ludopatía considerado como un trastorno mental o adicción patológica a los juegos de azar dice.
Por el lado de las apuestas en los últimos años en México se ha visto un incremento de páginas, plataformas, aplicaciones que invitan a participar con un sencillo registro, con una módica o mínima cantidad monetaria, que al depositarla genera en automático un porcentaje igual o menor como bienvenida, sin embargo, con ciertas limitantes que obligan a participar, a jugar a ganar y perder.
Prácticas de promoción que se han agregado de una manera fácil y sin ningún impedimento por ninguna autoridad a cualquier hora del día ya sea en programación televisiva o de comunicación móvil, y que por lo mismo estos vienen a ser esos conductos apropiados para incrustarlos sobre todo en eventos deportivos.
Asimismo, sí que alarma este asunto de préstamos en línea, pues lo que los padres ven en sus hijos como una actividad “normal” el adquirir dinero de una forma fácil a través de sus móviles, se podría convertir en una situación caótica, al ver que no tienen aun esa suficiente capacidad económica o al ser aun ellos dependientes, estarían trasladando sus “arriesgos” hacia los propios padres y madres como tutores o aun responsables.
Mal inicio para estos jóvenes, pues sus costumbres o manías de estar participando en este tipo de actividad en línea, estaría provocando por igual el buscar otras opciones para subsanar esos adeudos como vendiendo sus pertenencias, empeñando, sin encontrarle solución o ese final atractivo ante dicha operación.
Entonces y ante una Ley que permite los sorteos, o ante esa reglamentación que autoriza los préstamos a través de aplicaciones, deben existir y por igual e incrustados dentro de esas plataformas o publicidad, advertencias de que en el juego puede crear adicción y llegar a perder dinero en demasía, y de igual modo en los préstamos no rebasarles montos o continuidad en préstamos que lastimen como aun jóvenes su economía al no tener suficiente capacidad para enfrentarlos, pagarlos.
Cierto es que en cuestiones de salud si que se especifica como una forma de alertar al consumidor sobre los daños que ocasiona por ejemplo el fumar, el consumo excesivo de alcohol, la comida chatarra o ciertos alimentos por igual que han sido obligados a sus productores por la propia autoridad a reflejar los niveles de azucares, grasas, etc., hacia sus consumidores finales.
Los padres de familia deben alertar a sus jóvenes hijos a no tomar tan en serio estas prácticas, instarlos a resolver si sus problemas económicos a través del trabajo y no de una manera “fácil” por decir así, entendiendo con esto que lo que se ve en “línea” como algo bueno y satisfactorio, que traerá esa paz y tranquilidad económica, puede ser contraproducente al ser mayormente falso, limitado y fingido.