Como vimos en nuestra colaboración anterior, como consecuencia del resultado de las elecciones estadounidenses se complicará el panorama de la industria automotriz en América del Norte en gran parte porque hará más lenta la adopción de vehículos eléctricos, ya que se retrasarían las regulaciones ambientales y se eliminarían los estímulos fiscales. A esto habría que sumarle un nuevo conjunto de políticas restrictivas que irían en contra de la capacidad de México para atraer inversiones, aunque el enfoque preciso de estas medidas, no se conocerá hasta bien entrado el 2025. No obstante, es poco probable que el gigante chino BYD abandone su intención de establecer una planta de ensamblaje en nuestro país, lo que se considera un riego para la renegociación del T-MEC.
¿Y cuál es el panorama actual para renegociación del T-MEC? uno de los principales factores que enmarcan la situación actual, es que la industria se está moviendo hacia los lados, ya que atraviesa una fase de transición en la que no solo se está adoptando lentamente la electrificación, sino que ese impulso estaría frenando el crecimiento de las ventas, ya que los consumidores dudan sobre las opciones disponibles para renovar su modo de transporte privado. Según la fuente, las ventas de automóviles en el mercado estadounidense cerrarán 2024 con un crecimiento de alrededor del 1.8 por ciento, atribuyéndose esta modesta variación, al aumento de las tasas de interés, lo que impactaría negativamente en el pago mensual que realiza el consumidor promedio al adquirir un vehículo nuevo. Si a esto le añadimos el hecho de que los vehículos electrificados son considerablemente más caros que las versiones de gasolina, el resultado se refleja en el bajo rendimiento mencionado anteriormente.
Sin embargo, se espera que estos obstáculos se mitigarán en el futuro cercano con una reducción de las tasas de interés, que, si bien, ya está sucediendo, tardará algún tiempo en reflejarse en la confianza del consumidor. Adicionalmente hay un fortalecimiento de los salarios y, por lo tanto, del poder adquisitivo, que está siendo impulsado por las sólidas cifras de empleo. Un aspecto positivo dentro de la industria es que los fabricantes de automóviles planean invertir 500 mil millones de dólares en programas de vehículos eléctricos de aquí al 2030, de los cuales el 25 por ciento, se destinarían a América del Norte. Esta inversión agregaría capacidad de producción a América del Norte, lo que no solo se traduciría en nuevas líneas de ensamblaje, sino en un ecosistema completamente nuevo de proveedores que atenderán estos programas. Pero esto complicaría el panorama, porque no se trata de una situación de “si los producimos, se van a vender”, ya que los consumidores no están adoptando estas nuevas propuestas tan rápido como gustaría y por eso estos programas se están retrasando en su ejecución. El mayor efecto de la postergación de estos planes es que perjudica gravemente a los proveedores que ya están invirtiendo para pasar por dicha transición, especialmente en el aspecto financiero.
Fuente: https://mexico-now.com/trump-effect-slow-adoption-of-electrics-and-a-more-restrictive-usmc