Por qué será que siempre se añoran épocas pasadas se marcan estas como momentos maravillosos, mágicos que desean se repitan con demasiada ilusión, sin embargo, al estar en el presente, al principio o al final de un año, de la humanidad, de esos sentimientos no se refleja casi nada, al hacer algunos a un lado ese eterno deseo de quisiera al mundo darle hogar.
Por siglos el ser humano ha estado sujeto a manifestarse de muchas maneras, pero una que lo ha catalogado o direccionado para continuar en esa hoy escasa armonía, ha sido el de mantener ese espíritu de bondad, sentimiento que se convierte a través de las expresiones en paz, amor hacia los demás.
Así el construir desde cero ese poema, despierta en muchos ese interés por emular esa acción, creando y por igual ese rosario de entrelazados versos que van formando en el lector, situaciones que probablemente se asemejen a su forma de vida.
Entonces, esos muchos escritos en momentos de inspiración de sus propios autores, van encontrándose, destinándose hacia otras vertientes como la propia música, pasión que a muchos en verdad motiva, relaja, engrandece y hasta hace suspirar, tanto por lo que dice esa canción, como por tan melodiosa versión.
Es increíble el ver que por siglos han sido miles o quizás ya millones las personas que en su momento crearon bellezas de arte con su canto, con su música, con sus letras, recordarlos o mencionarlos a todos y todas sería muy extenso, sin embargo, cada uno y una tiene en sus mentes esa selección de cantantes, músicos, arreglistas o compositores de su mayor agrado.
Pero a un Mozart, Beethoven, Amadeus, Chopin, Vivaldi, Salieri, Bach, Chaikovski de sus propias épocas fueron esos grandes maestros que no se olvidan, y las mujeres como Caccini, Cessis, Vizzana, las hermanas Alleoti entre muchas otras construyeron por igual ese fino camino musical.
Por supuesto que estos excelentes músicos y compositores en sus países tuvieron en su momento episodios de grandeza, al ser por igual sus manifestaciones de arte, esas que llegaban en lo más profundo del ser humano, del quien los escuchaba y apreciaba.
Siempre se ha dicho que la música es universal, así y sin importar en el idioma que se interprete esa canción, esa melodiosa versión es suficiente para entenderse, sufrir, llorar, alegrarse y porque no, el tratar de enamorarse, recordar y hasta el bien o mal comportarse.
Por supuesto que la música, esas composiciones despiertan el alma, influyendo y en demasía en las personas para con su comportamiento, así el romántico, el que evoca tiempos pasados incluso el rebelde bajo otro tipo de temas, tienden a ocuparse en escucharla, costumbre que por igual los motiva a actuar algunos positivamente, otros no tanto.
Sin embargo y para estas fiestas de fin de año existen muchas versiones que efectivamente y en su mayoría son de temas de esperanza, de alegría, música que alegra el alma, que hace el olvidar incluso el reflexionar de como se esta actuando personalmente, por igual la humanidad.
Temas hay muchos, pero basta con mencionar y transcribir de algunas sus letras para sentir y al instante esa conexión entre esa melodía con episodios pasados que evocan alegrías y reflexiones como este tema comercial refresquero:
“Quisiera al mundo darle hogar y llenarlo de amor, sembrar mil flores de color en esta Navidad, quisiera al mundo yo enseñar la perfecta armonía, y este año nuevo darle hogar con mi alegre canción”.
Roberto Carlos el cantautor brasileño por igual y a través de los años ha iluminado la esperanza de tener ese acercamiento, llenar los días de fe, de armonía y hermandad con su tema ya convertido en universal:
“Voy a seguir, una luz en lo alto voy a oír, una voz que llama voy a subir la montaña y estar aun mas cerca de Dios, y rezar, voy a gritar y este mundo me oirá y me seguirá todo este camino y ayudara a mostrar como es este camino de amor y de fe”.
Por igual, el cantautor español José Luis Perales emocionó al mundo con su canción de esperanza y con ese gesto de reclamo hacia el comportamiento de la humanidad, tema que momentáneamente logro el detener toda mala acción humana:
“Dime, porque la gente no sonríe, porque las armas en las manos, porque los hombres mal heridos, dime, porque los niños maltratados, porque los viejos olvidados, porque los sueños prohibidos, dime, dímelo Dios quiero saber, dime porque te niegas a escuchar, aun quedara alguien que tal vez rezara”.
En este final y principio de año que esta por venir, ojalá que ese universo de interacción, convivencia y comunicación humana, se vuelva mas humana, mas comprensiva, dando con esto ese espacio de bondad, caridad, amor y cordialidad, así escribir juntos como verdaderos hermanos esa nueva canción en donde todos sean ese compositor, ese letrista, ese arreglista, de esta esos excelentes intérpretes.