Nuevo León ha estado promocionando su nueva carretera directa a Colombia, pero a pesar de todo, no parece convencer a los propios regiomontanos de utilizar su vía.
Para algunos analistas, esa obra se perfila para convertirse en un elefante blanco, una vía subutilizada, cuyo único uso sería la de ruta alterna en caso de alguna contingencia, pero en circunstancias normales, no parece convencer a nadie.
Quienes han utilizado en alguna ocasión el puente de Colombia, Nuevo León, saben que ir a Laredo implica un tramo adicional de viaje hacia el oriente, en ocasiones con retrasos en el trayecto del Camino a las Minas (Mines Road), hasta llegar al área comercial predilecta de los visitantes, mientras que para dirigirse a San Antonio, tampoco es tan cómodo desde ese cruce.
La vía natural y de alguna manera más cómoda para los viajeros, a pesar de las largas filas y otros inconvenientes que puedan surgir en el camino, sin duda es por Nuevo Laredo, por eso con todo y sus vicisitudes, sigue siendo el paso predilecto entre México y Estados Unidos para cruce de mercancías, paisanos, viajeros, etc.
En todo esto, Nuevo León ha figurado como el vecino envidioso, aunque algunos lo han comparado más como un “Kiko” del “Chavo del 8”, que por más que hace de las suyas para intentar opacar a sus semejantes, simplemente no le salen los planes.
No hace mucho que presumían y aseguraban que Tesla y esas mejoras al Puente Colombia y la carretera directa a ese único cruce neoleonés, vendría a fulminar a Nuevo Laredo; sin embargo, esa proyección se ve cada vez más distante.